martes, 13 de noviembre de 2012

¿Me estoy volviendo cada día más trosko?


"Estos vaivenes han creado una fuerte polarización entre quienes resaltan la preeminencia de un “proyecto nacional y popular” y quiénes denuncian el encubrimiento retórico de la “continuidad neoliberal”. Yo creo que ambas caracterizaciones son equivocadas. El Kirchnerismo es una variante de los gobiernos de centro-izquierda que aparecieron en Sudamérica y se ubica en un terreno semejante a Lula-Dilma.

Forma parte de un eje de mandatarios actualmente denominados progresistas y anteriormente vistos como tibios social-demócratas. Recuperan ciertos márgenes de autonomía soberana y contemporizan con los movimientos sociales, sin modificar estructuralmente las transformaciones regresivas que introdujo el neoliberalismo.

Son gobiernos distanciados de la derecha represiva, librecambista y pro-norteamericana (Piñera, Calderón o Uribe) y alejados del antiimperialismo radical (Chávez, Evo). Para caracterizar a estos gobiernos hay que mantener las categorías básicas del ordenamiento político, diferenciando izquierda, derecha y centro. De lo contrario se pierde la brújula y ya nadie sabe dónde está parado.

Al Kirchnerismo hay que evaluarlo también en función de la historia nacional y aquí resulta insoslayable la comparación con otras experiencias del justicialismo. Yo creo que hay ciertas semejanzas con el primer peronismo, no sólo en la gravitación de liderazgo presidencial. También hay paralelos en la presencia de un contexto internacional favorable, que es utilizado para financiar ciertas mejoras sociales. La principal diferencia radica en el distanciamiento del movimiento obrero, puesto que el Kirchnerismo ha buscado la división de la vieja columna vertebral del PJ. Con la transversalidad y el Cristinismo se ha intentado reemplazar al peronismo tradicional por una coalición con sectores medios. Retoman el espíritu alfonsinista de la renovación cafierista, ensayada antes del menemismo"


"Como Cristina idealiza al capitalismo jamás podrá resolver los problemas de Argentina. Este sistema no permite el círculo virtuoso de bienestar, desarrollo y equidad que imaginan en el gobierno. Y ningún funcionario promueve otras alternativas, en la perspectiva por ejemplo de avanzar hacia el socialismo del siglo XXI.

Los límites de la actual orientación neo-desarrollista están aflorando en numerosos terrenos. La tracción de la economía por el consumo en desmedro de la inversión, la sustitución de privatizaciones por regulación estatal y el favoritismo hacia grupos sectores agro-industriales (en lugar de los financistas) genera nuevas tensiones. Los grupos concentrados aceleran la inflación para mantener la rentabilidad, fugan capitales para diversificar inversiones y se agrava el desequilibrio fiscal por ausencia de reformas impositivas progresivas.

Todos los problemas estructurales persisten, comenzado por la creciente dependencia de un mono-cultivo que se extiende con deforestación y agro-tóxicos. La mega-minería destruye cultivos tradicionales sin generar empleo y el perfil extractivo se agravó por la pérdida del auto-abastecimiento petrolero. El modelo convalidó una lógica capitalista de alta rentabilidad inmediata y escaso desarrollo productivo. Para colmo se ha buscado recrear una burguesía nacional con subvenciones estatales, que generan despilfarro sin revertir la ausencia de inversión privada."

Nota completa acá.

3 comentarios:

Charlie Boyle dijo...

Que ojito tiene usté pal dato interesante

Charlie Boyle dijo...

Que buen ojo pa elegir las notas qu epublica

Florencio F. Boglione dijo...

y bueno tengo uno solo que funciona y trato de ejercitarlo, el otro lo tengo de reserva a la espera de los avances médicos,je.