jueves, 1 de julio de 2021

Algunas reflexiones de Un Radical Sin Partido que motivan ir preparando el 40 aniversario de una afiliación al partido que hace añares no reconozco que me intérprete ni represente.



El año pasado me avisaron de rebote para q vaya a votar a la elección interna de autoridades partidarias de la UCr PBA del 21 de marzo, ahí me enteré después de más de 20 años que sigo figurando en el padrón de afiliados a la ucr, según me comentan desde los noventa en mí actual domicilio de la zona rural de Jeppener, parece que al cambiar mí lugar de residencia también trasladaron mí afiliación de mediados del 82 (según un lejano recuerdo, en el subcomité q funcionaba en 9 de Julio 60 en Bernal Centro ) o de principios del 83 (según figura en el padrón oficial), en definitiva en el distrito de Quilmes dónde estaba mi domicilio hasta 1992.

Cosas así dispararon algún tipo de recuerdos que me impulsaron a tipear algunas parrafadas, (que quedaron en algún borrador) a modo de reflexiones varias y aportar historias repetidas para otra vuelta de tuerca a temas otrora remanidos en mí catártica blogeril que nadie me pide...

Aquella propuesta de hace un año atrás para que vaya a votar en una interna de partido me recordó muchas anécdotas y me llevó a recordar viejos tiempos...

En los ochenta con menos de 20 años con toda la genética gorila introyectada en el contexto posdictadura y bajo el lema "somos la vida" afiliarse a la UCR para que Alfonsín le gane la interna radical a De la Rua era una opción bastante racional y hasta con carga ideológica, de ahí a la militancia estudiantil, juvenil y partidaria en los ochenta creo que es algo que a cualquier interesado en la política se le hacía difícil escapar, muchas anécdotas y vivencias ya publicadas me eximen de repetirlas en este breve garabateo, desde mí primera participación , allá por el año 1985, en una lista partidaria en el otrora Subcomité de Bernal Centro, me quedo con el relato que de vez en cuando me recuerda el amigo Alejandro Cresta y que si lo quieren conocer mejor se lo preguntan a él.

 Lo cierto que a fines de la ochenta disputando la conducción partidaria en el distrito Quilmes, demasiados jóvenes e ingenuos para torcer las mañas que dan los años y los escritorios, fue mí última participación en una lista en mí lugar de nacimiento, ya que diez años después finalizando los noventa fue imposible mí participación en  la lista partidaria por no figurar en el padrón quilmeño, como me enteraría en estos días por el traslado de domicilio a mi ruralidad brandsense actual, en una elección interna condenada al fracaso desde el vamos, también "obra" del amigo Cresta que supo incentivar mis locuras quijotescas...

 Desde entonces no tuve noticias del paradero de mí estado de afiliación y salvo alguna puntual y contada invitación a participar de viejos excorreligionarios quilmeños (que supe amablemente declinar) como ya creo tambien haber dejado relatado en algún lugar de la blogosfera, en el trascurso de la primera década del segundo milenio, en ese entonces ya mí intensa participación institucional en el movimiento confederal gremialempresario me permitió ampliar mí perspectiva política mucho más allá de la cerrazón partidaria y recorrer no solo territorialmente la provincia de Buenos Aires sino fundamentalmente crecer en los planos intelectual e institucional cosa que estaré por siempre agradecido a los amigos Alfredo Esains y Aladino Benassi. 

Por aquel entonces la crisis terminal del modelo de consenso neoliberal de los grandes partidos tradicionales con la implosión socioeconómica del 2001 y sus consecuencias posteriores reafirmaron mí convencimiento que las palabras peronismo o radicalismo eran significantes vacíos y ni que hablar los partidos políticos que se disputaban esas denominaciones, de aquellos tiempos y quizás ante la inquisitoria por conocer mis posicionamientos políticos partidarios me autodefiní como un radical sin partido, eso sí siendo para los amigos radicales considerado como peronista y para los amigos peronistas como radical, como varias veces ya he relatado a cuenta de mis tribulaciones en cuestiones políticas, lo cierto que ese convencimiento de los avatares en la macro política global y nacional  me hicieron reconocer la importancia de la reconstrucción del espíritu comunitario primitivo que hace a las prácticas políticas más elementales en cualquier institucionalidad que son los pueblos o ciudades, base imprescindible de una nueva perspectiva en el camino de las sociedades humanas del siglo XXI. 

En fin para no hacerla tan larga, no voy reiterarme también en este tema y volviendo a esa invitación a votar un una interna partidaria que como pude comprobar, en ese entonces, había una lista de unidad a nivel distrital y dos listas a nivel provincial que supuestamente tendrían que diferenciarse en algo más que en algunas generalizaciones vacuas en la futura conformación de la alianza electoral en el frente de partidos que conforma la UCr  y recordando que al menos en  las épocas de militancia ochentosa en las elecciones internas se decidían algunas cuestiones programáticas como aquella vez en el 89 cuando se convalidó la deriva neoliberal de la UCR con Eduardo Angeloz avalado mayoritariamente por los afiliados de casi todas las líneas internas ante la testimonial candidatura de Luis León y como sólo el paso del tiempo nos permite comprobar de la peor manera, esa frase que dice eso de que "de aquellos lodos los actuales barros", al menos rescato la suerte de todavía sobrevivir para seguir contando historias repetidas y recordar que en aquellos años ochenta al menos te convocaban por telegrama a las asambleas de partido y en cualquier elección interna una carta a tu domicilio con tu nombre, lugar y mesa de votación nunca faltaban, supongo que no tener "noticias" del partido en los últimos 20 años en que las tecnologías de la información y comunicación nos pusieron "en línea" al instante no debe tener nada que ver con domiciliarse a 12 km de tierra del pueblo y mucho que decir de los porque hay muchísimos radicales sin partido.

A un año de aquellos recuerdos catárticos, los comparto tras una extensa charla de café suscitada tras una publicación en el periódico local de una convocatoria a asamblea de afiliados del comité local q ni siquiera cumple con la obligación formal de tener la firma del secretario refrendando la del presidente. 

Por suerte no di mandato con mi voto a los q me quisieron convencer de concurrir a votar en aquella elección, que ni siquiera se presentan a dar algún debate sobre el lamentable deterioro institucional, ni hablar del ideológico o programático y de gestión de un partido que tiene responsabilidades de gobierno en la ciudad desde hace más d 25 años. 

El tacticismo de corto plazo de la militancia partidaria sólo es una comprobación más de los porque la sociedad les da la espalda a las prácticas partidarias, alimenta el círculo vicioso del descreimiento social y engordando los delirios de la ultraderecha youtuber, eso si después no me digan que no perseveramos en avisar.


Saludos Cordales, buena suerte y buenas noches.


PD:  Estoy pensando en acompañar está carta como parte d mi pedido de desafiliación a unos meses de cumplir el 40 aniversario de haber firmado la ficha partidaria allá por el año 1982...

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