Hace 10 años atrás garabateabamos algunas reflexiones en un intento por entender que nos estaba pasando, fue un final de época muy anunciado pero como que todo el mundo se negaba de aceptar, la fuga hacia delante terminó en la terrible implosión institucional que todavía hoy tiene consecuencias y abrió un nuevo ciclo político que a los tropezones pareciera encaminado a reparar las nefastas desigualdades que supimos conseguir, esperemos en este fin de año, sepamos consolidar los aciertos del rumbo emprendido.
Saludos Cordiales.
CRONICA DE UN FINAL ANUNCIADO
La renuncia a la presidencia por parte de Fernando De La Rua el jueves 20 de diciembre en un contexto de violencia y saqueos aparentemente fomentados pero en un marco cierto y generalizado de profundo repudio a las acciones gubernamentales que se distinguieron el miércoles 19 por la noche luego del inocuo discurso del Presidente de la Nación, que termino de saturan el clima social, en el espontáneo cacerolazo y movilización de la clase media (tradicional sustento electoral del radicalismo y de la ex Alianza) apaleada por las reiteradas medidas económicas de ajuste de sus cada vez mas flacos bolsillos , cansada de ser la variable de ajuste, asustada de verse en el espejo de los desocupados y asqueada de que no fueran escuchados sus reiterados mensajes de descontento con el rumbo que el Presidente de la Rua se empecinaba en sostener.
Este lamentable final del gobierno de Fernando de la Rua, del radicalismo y del Frepaso, de la Alianza; era un final esperado, mas que cantado, ahora bien además de que hay que hacerse cargo de la fuerte frustración en la sociedad que provoca el fracaso y el abandono del programa aliancista del 99 y de las consecuencias nefastas e impredecibles que abre este proceso político y socioeconómico.
Teniendo en cuenta la descontrolada euforia del justicialismo en su vuelta al “poder”, su prepotente e inconstitucional forma de resolver sus internas partidarias sumado al demagógico y populista discurso ante la Asamblea Legislativa del Presidente Rodríguez Saa, que gobierna la provincia de San Luis de forma feudal, absolutista y prebendataria, debajo del discurso para “la gilada” iremos descubriendo el rostro inequívoco de la continuidad, el regreso de viejos fantasmas y la profundización del modelo imperante, pero agiornado para tergiversar los genuinos reclamos populares y además de la profunda bronca de la sociedad toda con la llamada clase política, que ingenuamente y superficialmente se extiende sobre la política, única forma de solucionar los intereses de las mayorías, minando a la democracia participativa auténtico objetivo de las indiscutibles ganadores en esta desigual distribución de la riqueza de nuestro país, minorías que se ocultan detrás de políticos farsantes y oportunistas, pero que en definitiva son las que detentan el verdadero poder y disputan arteramente e históricamente por imponer sus intereses minoritarios en detrimento del mayoritario conjunto de la sociedad.
No nos confundamos, de esto se trata siempre, los sectores dominantes buscan maximizar las ganancias y siempre que alguien gana otros pierden es una regla matemática, nuestra búsqueda esta en encontrar el equilibrio.
Espero equivocarme en los presagios, de todas maneras volviendo al eje de las reflexiones sobre la renuncia del Presidente de la Rua, me parece que a los problemas no les debemos buscar culpables sino soluciones y recargar todas la tintas sobre un Presidente conservador, autista para las medidas de signo progresista e inepto para entender los mensajes de la compleja realidad argentina y con esto dándole la responsabilidad que le compete, me parece humildemente que los chivos expiatorios solo sirven para tapar los defectos propios, o acaso de la Rua no fue candidato a presidente primero en una interna radical, luego en una interna abierta entre la UCR con el Frepaso , plebiscitado por la mayoría de los argentinos en octubre de 1999, acaso salvo honrosas excepciones todas sus medidas de gobierno no fueron acompañadas por una disciplinada bancada legislativa, acaso descontando algunas renuncias de primera línea en el gobierno, la mayoría de los dirigentes y cuadros del radicalismo ocupo y ejerció importantes espacios gubernamentales pese “al desvío programático”, acaso el partido salvo elípticos comentarios no acompaño y respaldo al presidente de la nación, aun después de las catastróficas elecciones de octubre del 2001.
En julio de este año en la reflexión que dimos en llamar el camino de la resignación sosteníamos : “Sin lugar a dudas nuevamente hoy sufrimos una fuerte defraudación como actores interesados en la política, aquellos que votamos en octubre del 99 a la ALIANZA, objetivamente debemos convenir que nuestro voto fue con una dirección y el ejercicio del poder lo direcciona hacia otro lado.
¿ que capacidad de decisión tienen las estructuras de las organizaciones partidarias?
¿Qué sentido tiene la militancia partidaria?¿por qué la incapacidad de los partidos políticos de representar la voluntad de sus electores? ¿Cuál y donde esta el error, el germen del fracaso reiterado?¿Estamos dispuestos a permitir la estafa reiterada a la voluntad soberana del ciudadano?
¿seguiremos alimentando la decepción, la desesperanza, la resignación, el repudio de los ciudadanos?¿Para que llegar al gobierno?
Todas esta preguntas deben ser respondidas y creemos que previamente hay que reconocer como los mandatos del modelo socioeconómico imperante calaron en la realidad partidaria, para lograr un diagnostico preciso de la situación”
Lamentablemente la situación de nuestro centenario partido la patentiza que pese al esfuerzo de algunos pocos de debatir sobre la resignación imperante y como buscar otro camino, y aun después del fortísimo repudio electoral de octubre de este año seguimos haciendo gala del mas rancio “avestrucismo”, negando y justificando la realidad imputación esta que le cabe no solo al Presidente de la Nación sino también a muchos dirigentes nacionales, provinciales y distritales que para salvar la ropa transfieren sus responsabilidades hacia la ya famosa e incontrolable “ola nacional”, ante la cual nada es posible solo padecerla o disfrutarla según el clima social imperante, ( la resignación y el facilismo son de un claridad que obliga a cerrar los ojos para no encandilarse), esta realidad abona la vieja teoría de la transferencia circular de las responsabilidades que se practica desde años en nuestro partido.
“Ser progresista en el discurso sin tener contenido, ni practicas, ni soluciones competitivas, racionales y fundamentadas al modelo imperante es ser progresista virtual , ese accionar se agota en la propuesta y en la protesta, pero es incapaz de construir y ejercer las contradicciones en el “poder”.” Decíamos en la citada reflexión de julio del 2001, entre otras cosas que venimos repitiendo desde hace muchos años atrás, lamentablemente seguimos repitiendo los errores como buscando masoquistamente el reiterado castigo y repudio de la sociedad que decimos representar.
El descrédito al que llegamos es casi irreversible y resignadamente nada hicimos por evitarlo, creo que obscenamente lo fomentamos, me resulta irritante soportar tanta apatía generalizada...
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