martes, 19 de marzo de 2013

Entre la ilusión de la burguesía nacional del "capitalismo en serio", los burgueses sin fuerza política para disputar, las sandalias del Pescador y un futuro que esta a la vuelta de la esquina, a sólo 20 minutos de aquí.

En general leo con bastante atención lo que publican los denominados EDI- Economistas de Izquierda pero leer que Eduardo Buzzi  de la Federación Agraria Argentina es un "burgues nacional" es tanto o mas ingenuo que ilusionarse con la posibilidad de recrear una burguesía nacional... "Cuando uno analiza el kirchnerismo, ve cambios y continuidades. Esto se ve claramente en el bloque de poder. El bloque de las clases dominantes que se consolidó en los años noventa, es exactamente el mismo que ahora. Sobre todo porque no hay una fracción del capital nacional, una fracción de la burguesía, que dispute ese lugarcito bajo el sol, como había en los años 50 o 60. Eso no quiere decir que no haya burgueses nacionales. Heller, el banquero guevarista, es un burgués nacional, Buzzi, de la Federación Agraria, también es un burgués nacional, pero no tienen fuerza política para disputar.
Todo el intento del gobierno en crear desde el Estado toda una burguesía nacional en la que apoyarse, más allá de los negociados y el capitalismo de amigos, es un intento por recrear una burguesía nativa. Esa es la ilusión de Kirchner cuando hablaba de capitalismo serio." Nota completa.  

Me pregunto al pasar:¿disputar que cosa? seguimos leyendo...

"Yo creo que el kirchnerismo tiene la ilusión de recrear un proceso similar al que vivió Corea. A fines de los 50, principios de los 60, Corea creó desde el Estado una muy fuerte burguesía nacional. Pero las condiciones geopolíticas del mundo eran otras, eso había sido apoyado por Estados Unidos porque recién salía de la guerra con Corea del Norte. Estaba el conflicto de Vietnam que ya se venía, China y todavía estaba el bloque soviético. A tal punto fue favorecido en su creación por EEUU que se montó en Corea una gran fábrica de televisores color y se le entregó todo el mercado norteamericano cautivo.
Esas condiciones geopolíticas hoy no existen. En las condiciones actuales es muy difícil recrear una burguesía nacional, es muy difícil la ilusión que plantea la Presidenta a cada rato de inversiones extranjeras que vengan a desarrollar el país, porque no estamos en la época del desarrollismo. Esto que hay ahora es un neodesarrollismo, que nace del neoliberalismo y encuentra ahí sus limitaciones. Son limitaciones estructurales del capitalismo argentino y de la extracción de clase propia del kirchnerismo."

¿Cómo explica la inflación?
"La derecha y los liberales siempre plantean que la inflación es producto de un exceso de demanda. Lo que dicen es que hay que bajar la demanda para que se equipare con la oferta y así todo va a funcionar armoniosamente. Bajar la demanda significa menos gasto público, menos emisión y menos salario.

Es evidente que a medida que crece el nivel de emisión, algún grado de incidencia tiene sobre la inflación. Se está emitiendo al 40% pero acá las causas son varias. La principal es la alta tasa de ganancia con la que funciona el capitalismo argentino, que es un sistema capitalista muy concentrado. Hay 500 empresas fuertes que explican el 30% del PBI de la Argentina. Hay 200 empresas formadoras de precios y hay 50 empresas que explican el 15% del PBI. Estas son las empresas decisivas. Si el Estado, en vez de controlar precios en los locales a la calle, no controla los costos de producción de las 200 formadoras de precio y establece índices de rentabilidad razonables, como el sistema mundial y no la locura que es acá, no hay forma de controlar la inflación."

Pero en los 90 la estructura estaba tan concentrada como ahora…

"Sí, pero tuvimos 3, 4 años de recesión en donde hubo tasas de deflación. Es otra cosa. No había inflación pero los salarios estaban planchados. Ahora los salarios se recuperaron mucho. Hoy los salarios se han recuperado al nivel del 2001 o un poco más en términos reales, lo cual para la burguesía argentina pesa. Si bien el componente salarial en el costo de un producto terminado no es significativo, las empresas siempre aprovechan.

El segundo punto es que esta no es una inflación de demanda sino de oferta. Hay poca oferta de productos porque no hay inversión de ampliación de la capacidad instalada. Los capitales apenas invierten para seguir por atrás a la demanda pero nunca se anticipan ampliando la capacidad. La tercera cuestión que incide sobre el precio de los alimentos es su precio a nivel mundial, que se traslada a todos los productos agropecuarios.

Eso tira para el precio de los alimentos. Por eso la política de retenciones no es sólo política fiscal sino que trata de desprender los precios locales de los internacionales. En realidad para eso la solución es la nacionalización del comercio de granos. Recuperar el IAPI, pero de una forma nueva, moderna, más ágil, más eficiente. El Estado tiene que fijar los costos y vender. No hay otra forma. El peso de la renta agraria volvió para quedarse, y va a ser un factor desestabilizador y de conflicto permanente."


Recomiendo un aporte,  para leer detenidamente, que hace a este debate, Charlie Boyle en este post.

Antes de poner los pies sobre la tierra, nos entretenemos un rato con la asunción de Francisco y para terminar un párrafo de esta nota para comprender donde estamos parados y a donde podemos ¿terminar?, mejor dicho, bienvenidos al futuro. 

"El sistema está altamente monopolizado, limitando la dependencia en el mercado cada vez más: En los últimos 20 años el reparto de utilidades de las 200 empresas más grandes se ha elevado enormemente, reporta el académico Robert W. McChesney en su nuevo libro Digital disconnect. Capitalismo es un término usado ahora comúnmente para describir sistemas en los que no hay capitalistas; por ejemplo, el conglomerado-cooperativa Mondragón en la región vasca de España o las empresas cooperativas que se expanden en el norte de Ohio, a menudo con apoyo conservador –ambas son discutidas en un importante trabajo del académico Gar Alperovitz. Algunos hasta pueden usar el término capitalismo para referirse a la democracia industrial apoyada por John Dewey, filósofo social líder de Estados Unidos, a finales del siglo XIX y principios del XX. Dewey instó a los trabajadores a ser los dueños de su destino industrial y a todas las instituciones a someterse a control público, incluyendo los medios de producción, intercambio, publicidad, transporte y comunicación. A falta de esto, alegaba Dewey, la política seguirá siendo la sombra que los grandes negocios proyectan sobre la sociedad. La democracia truncada que Dewey condenaba ha quedado hecha andrajos en los últimos años. Ahora el control del gobierno se ha concentrado estrechamente en el máximo del índice de ingresos, mientras la gran mayoría de los de abajo han sido virtualmente privados de sus derechos."

 Saludos Cordiales y que tengan dulces sueños.