viernes, 23 de noviembre de 2012

Últimas noticias de Perón y su tiempo.



Vaya a saber que motivo impulso a mi viejo (como ya les conté alguna vez, un antiperonista visceral) a comprar este libro, con interesantes investigaciones que desmitifican o mejor dicho ponen en contexto histórico muchos de los argumentos centrales que conforman el núcleo duro del relato para la justificación del antiperonismo, sobre todo posterior al golpe del 55, entre amplios sectores de nuestra sociedad. 
Hoy en día, transcurridos casi 30 años ininterrumpidos de vida democrática muchos de esos clichés siguen vigentes,  este libro que encontré el otro día en su biblioteca, llamativamente nunca me lo "recomendó" en las frecuentes conversaciones que tenemos sobre aquellos años, cosa que yo sí voy a hacer con todos mis amigos a los que afectuosamente los incluyo entre los que tenemos una "cuestión" con la genética gorila. 
Saludos Cordiales.


Por María del Carmen Barcia.  Reseñas y Debates 30.
Últimas noticias de Perón y su tiempo es un texto de Rogelio García Lupo, quien fue el fundador de la Agencia Internacional de Prensa Latina en Cuba -en 1959-, redactor internacional de Primera Plana, Director Ejecutivo de EUDEBA, corresponsal de El Nacional de Caracas y de Tiempo de Madrid, entre otras actividades a lo largo de su extensa vida periodística. Este año recibió una distinción de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, creada por iniciativa de Gabriel García Márquez: el Premio Homenaje a la trayectoria. En la actualidad el diario Clarín publica sus trabajos.

En la Nota del Autor, García Lupo expresa su propósito de tomar la historia como punto de partida de su investigación periodística basada en una exhaustiva documentación que no le resultara fácil, según expresa. El lector podrá sacar sus propias conclusiones sobre el material presentado, pasible de múltiples interpretaciones, pese a lo incuestionable de las fuentes consultadas.
El libro comienza con la conspiración militar de 1930. El autor aporta material fotográfico de su archivo, que forma parte de la tapa, donde se ve a Juan Perón “abriendo paso al general Uriburu”. Los prolegómenos del alzamiento, llevado a cabo por un número reducido de militares, y la oposición de la mayoría, quedaron plasmados en un informe técnico del entonces capitán Juan Perón, que García Lupo juzga correcto en lo militar, aunque erróneo en lo político. El golpe se habría gestado durante la primera presidencia de Yrigoyen, a través de una agrupación denominada Razón de Ser, cuyo objetivo era la destitución del presidente. Más tarde se fusionó con un grupo de capitanes que formaban parte de una asociación secreta, la Logia San Martín. Cuando Yrigoyen deja la presidencia a Alvear sin que se produzca el derrocamiento, la Logia San Martín -al decir del periodista- se convierte en una escuela de promoción política y de conquistas escalafonarias. La influencia de las logias San Martín y Corda Frates (que agrupaba a militares radicales) es narrada por el autor como una constante en el ejército argentino. Desfilan por sus páginas Agustín P. Justo, Basilio Pertiné, Roberto Bosch, Sabino Adalid, Gregorio Pomar y Atilio Cattáneo, entre otros. Arrestos, traiciones, resistencias, exilios (como el del general Toranzo), insurrecciones fallidas (la del capitán José María Frontera, que terminó recalando en España, combatiendo del lado republicano), dan cuenta del clima epocal y de la decepción imperante en el Ejército con Uriburu y Justo.
El siguiente capítulo relata la trama de intereses que se desplegó con motivo de la guerra del Chaco, entre Bolivia y Paraguay, durante los años 1932 a 1935. Dos compañías petroleras -la Standard Oil, establecida en Bolivia, y la Shell, en Paraguay- disputaban una sorda guerra propia, sumándose la venta de armas de Argentina a ambos contrincantes, pese al apoyo de Justo a favor de Paraguay, estableciéndose una verdadera diplomacia paralela a las intervenciones oficiales del canciller. La correspondencia confidencial entre el presidente paraguayo Ayala y su embajador en Argentina, Rivarola, explicita que el canciller Saavedra Lamas estaba al margen de los arreglos que se pergeñaban con los militares argentinos.
La intervención del mayor Perón, ayudante de campo del Ministro de Guerra, es deducida por el autor a partir de esa correspondencia, pese a que Perón permaneció nueve meses en el cargo, dejándolo seis meses antes “de que la guerra del Chaco tomara forma”, según las propias palabras del autor. El tráfico de inteligencia militar comprometió al Estado Mayor del Ejército argentino. La experiencia del arresto del mayor Mc Hannaford mientras servía como edecán del presidente de Estados Unidos, Roosevelt, determinó que cesara la intervención de nuestro país en un conflicto entre naciones hermanas.
Uno de los tópicos más reveladores del capítulo es el que refiere a la separación de Santa Cruz de la Sierra del territorio boliviano, que -como el autor plantea- formaría parte de la estrategia de la Standard Oil. Cualquier similitud con la actualidad queda a consideración de los lectores.
En el capítulo “Los fusiles de Perón”, García Lupo relata la impronta nacionalista llevada a cabo en 1941 por el general Manuel Savio, fundador de la empresa Fabricaciones Militares. El emprendimiento atrajo a norteamericanos y europeos, entre los cuales se encontraba el austríaco Fritz Mandl, que preveía para sus fábricas en Europa un destino de confiscación o destrucción. Uno de los técnicos que lo acompañaron a entrevistar al general Savio en 1943, informaba a un agente de espionaje británico de sus pasos. Londres y Washington no podían permitir que la Argentina desarrollara un plan de industria bélica, por lo cual incluyeron a las empresas de Mandl en las listas negras de aquellas relacionadas con el Eje y Estados Unidos bloqueó a la Argentina la compra de equipos y material armamentístico.
García Lupo define entre la relación entre los presidentes Juan Perón y Getulio Vargas como un verdadero complot, toda una interpretación ideológica, a mi entender. Ella generaba las sospechas de Estados Unidos, que vislumbraba que su mutua cooperación devendría en un eje nacionalista contrario a sus intereses económicos. El proyecto peronista era organizar una comunidad política y económica a partir de la unión aduanera con los países del Río de la Plata. Su objetivo era entrar en el mercado internacional con materias primas de la región: hierro, petróleo, tanino, estaño, cobre y bórax, más arroz, aceite y algodón. La destitución de Getulio Vargas en 1945 dio comienzo a un período de tensión entre Argentina y Brasil, y en 1947 el Jefe del Estado Mayor del ejército brasileño acusó a la Argentina de preparar una invasión a su territorio. En el mismo sentido se expidió el presidente uruguayo, Battle Berres, convocando al embajador brasileño en Montevideo. Esta “fantasía política” no tenía asidero. Lo que sí tenían en claro Gran Bretaña y Estados Unidos era la fortaleza del proyecto peronista, que con esas medidas llevaría a la práctica la Tercera Posición.
Lo cierto es que para esa época Estados Unidos contribuyó con la venta de armas a la Argentina, en un alarde de real politik. Vargas, que retornó al gobierno en 1950, fue un aliado incondicional de Perón, que rebajó el precio del trigo que exportaba a Brasil, mientras que el primero autorizó la importación de carne argentina. Luego Joao Goulart rompió las esperanzas norteamericanas de dar a Brasil un papel geopolítico predominante. Sus ataques al capitalismo y su alianza con Perón fueron un constante dolor de cabeza para el presidente norteamericano Truman.
El capítulo “Los balleneros de Perón” trata del proyecto de Perón de construir una flota para cazar ballenas en los mares australes. El empresario marítimo Alberto Dodero había mantenido conversaciones sobre el tema con Aristóteles Onassis. Este último estaba en la mira de la inteligencia británica por haber intentado favorecer el escape de un espía nazi de Berlín en un buque petrolero suyo que operaba con bandera argentina. Luego integró un grupo de consulta convocado por Perón para viabilizar el proyecto. Finalmente, en 1948 se funda la Compañía Argentina de Pesca, quien encargó a astilleros británicos la construcción del mayor ballenero del mundo: un buque factoría de 25.000 toneladas. El buque, llamado “Juan Perón”, sufrió percances previos a su botadura, con la muerte de varios obreros; siguió con una embestida al muelle cuando cargaba combustible, y –llegado a Buenos Aires- fue intervenido por el Banco Central, permaneciendo inmovilizado casi un año. En 1952 fue adquirido por el Estado argentino y un año después transferido a YPF para el transporte de combustible.
La historiadora Gaby Weber asevera en su libro La conexión alemana que Estados Unidos no estaba dispuesta a perdonar que Perón continuara interesado en 1955 en el negocio ballenero, esta vez con capitales alemanes.
El siguiente capítulo habla de un hecho relacionado con la captación de científicos y técnicos alemanes por diferentes países. Un historiador alemán, Holger M. Meding, sostiene la tesis de que los países que capitalizaron los cerebros alemanes luego de la rendición de Alemania fueron Estados Unidos, Gran Bretaña, la Unión Soviética y la Argentina. Una referencia a la doble moral de los vencedores: los científicos que prestaban servicios en los tres primeros países eran apreciados como re-educados; mientras que los que lo hicieron en Argentina eran considerados nazis. La hipocresía llegó a extremos tales como redibujar sus biografías, atribuyéndoles supuestos aportes a la resistencia antinazi en Alemania. Para ello, el Pentágono había elaborado un programa: Project Overcast, mediante el cual ingresaron a Estados Unidos centenares de científicos para trabajar en laboratorios.
En “La conexión Zurich” se documenta la investigación llevada a cabo por el autor respecto de las empresas alemanas que invirtieron en nuestro país. Los espionajes británico y norteamericano con el transcurso de la guerra definirían como enemigos a todos los capitales alemanes que operaban en nuestro país, diferenciando a aquellos que tenían largo tiempo de establecidos de quienes eran recientes, dado que la éstos serían considerados nazis. Tres empresas alemanas, definidas por la inteligencia de Estados Unidos como “sociedades de control” eran “Las 3 S”: Stella, Securitas y San Juan. Según el autor, una investigación realizada en el Veraz sobre los antecedentes de Securitas evidenció la desaparición de su legajo. Un miembro de la Banca Suiza canalizaba los pagos de la empresa de Fritz Mandl a un fondo donde los nazis depositaban bienes robados.
En el capítulo siguiente, “Stroessner, el amigo equivocado”, García Lupo desmitifica la estrecha relación atribuida a Perón y Stroessner, basándose en documentos diplomáticos norteamericanos de ese tiempo. El advenimiento de este último al poder paraguayo estuvo piloteado por Brasil, que intentaba obstruir la alianza geopolítica de Perón con los presidentes anteriores a Stroessner. Habiéndose formado militarmente en Brasil, éste era considerado pro-brasileño. Había un cisma en las fuerzas armadas paraguayas: una parte seguía a Stroessner y otra tenía mejores relaciones con los argentinos. En agosto de 1954, en elecciones con un único candidato, Stroessner es elegido presidente.
Las alternativas de la presencia de Perón en Paraguay son narradas a partir de una fuente cercana al presidente derrocado: el mayor Jesús Villamayor, jefe de seguridad del exiliado, que comprobó que oficiales paraguayos realizaban ataques intimidatorios contra la casa donde vivía Perón.
La permanencia de Juan Perón en Paraguay duró treinta días, con un Stroessner urgido en su partida. El autor plantea que el apoyo político que recibió de los peronistas en los tiempos finales de su larga dictadura fue llamativo, sin parangón con ningún otro país latinoamericano. Como contrapartida, señala que los nacionalistas brasileños -como Leonel Brizola- no olvidaban que la caída de Joao Goulart en 1964 había contado con la ayuda de Stroessner.
El capítulo “Juegos de Guerra en el Trópico” explica lo cerca que estuvieron Argentina y Brasil de entrar en guerra en 1958. Brasil creía que Argentina estaba detrás de un grupo que había tratado de invadir Paraguay -entrenado en nuestro país y portando armas argentinas- en la certeza de que al gobierno le interesaba la caída de Stroessner por considerar al dictador una pieza importante en la estrategia geopolítica brasileña. La excusa que ofreció el general Aramburu era delirante: la incursión la atribuía a un grupo de peronistas que habían formado un comando revolucionario que actuaba desde Paraguay. Para los brasileños, los militares no querían que asumiera el presidente electo Arturo Frondizi, y la incursión en Paraguay la leían como un ataque hacia ellos.
“Los gobernadores de Perón” aborda la reunión realizada en Buenos Aires en febrero de 1952. El contexto era adverso al presidente: los militares resistían la candidatura de Eva Perón, ya enferma, y se había producido el alzamiento fallido del general Benjamín Menéndez. Las definiciones políticas de Perón sacudieron a los gobernadores, y constituyeron definiciones políticas que hablaban de su visión estratégica: la condena al caudillismo para lograr la unión nacional; la apelación a una mayor producción para lograr mayores márgenes de exportación; una exhortación al ahorro y la definición de no ser partidario de empréstitos para evitar el endeudamiento. También expresó su voluntad de reconciliación con la oposición, que se produjo días después en la reunión mantenida con el socialista Enrique Dickmann, el indulto a dirigentes presos y la rehabilitación de La Vanguardia.
El capítulo titulado “Eva Perón y la filantropía de choque” plantea una acción que Eva Perón llevara a cabo en 1949, en el marco de las tensiones diplomáticas entre Argentina y Estados Unidos. Un día después de que Harry Truman fuera ungido presidente, la embajada argentina comunicó que Eva Perón había fletado un avión conteniendo ropa de abrigo y calzado fabricado en Argentina para 600 niños de los barrios bajos de Washington. El impacto que provocó la donación fue mayúsculo, y fue cubierto por la prensa internacional. Las interpretaciones fueron variadas, y pese a que la Fundación de Evita se comportó en la misma línea con más de 80 países, produjo irritación en Estados Unidos, al poner en evidencia la pobreza de sectores de su población, principalmente la negra.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Protestas ciudadanas con sentidos opuestos pero con una certeza en común y un horizonte sin nuevo paradigma político.




El Mundo esta pletórico de manifestaciones ciudadanas de lo mas variadas, la crisis socioeconómica recurrente, en esta etapa, se esta haciendo sentir en el Hemisferio Norte,  tanto en los EEUU como en la Comunidad Europea, por allá vemos reclamos contra los ajustes, los recortes, los despidos y por ampliar los derechos democráticos, entre tanto en el Hemisferio Sur mas precisamente en la América Latina, donde la crisis por el ajuste neoliberal se dio hace ya 10 años, en estos tiempos que tímidamente los ajustados de otrora parecen estar mejorando el desempeño socieconómico, también se hacen sentir las manifestaciones masivas, a nuestro entender los sentidos de la protestas son contrapuestos, eso sí tienen una certeza en común, los manifestantes buscan un cambio en la calle porque se dan cuenta de que no vendrá de las urnas.

¿Donde esta la paradoja?
Y para que Charlie Boyle no nos diga que estamos reiterativos con el tema de la protesta por estos lares, intentaremos algunas aproximaciones para entender la paradoja argenta, les recomiendo empezar el recorrido por el debate que dejo a su paso la politóloga brasileña Sonia Fleury, hablando de las "nuevas clases medias": estas personas, en un contexto “individualista” consideran ahora que “llegaron” pura y exclusivamente por su “propio esfuerzo”. Que no son parte de ningún proceso colectivo, social, político. Que creen que todo esto ocurre tan sólo porque lo  ”merecían”. Que consideran que están mejor en virtud de su propio “emprendurismo”,  seguir con la lectura de las apreciaciones de nuestro amigo estudioso del populismo y del proceso de individuación, rematando con el inquietante ensayo  sobre la Hegemonía a la inversa, del también brasilero, Francisco de Oliveira que dice cosas como estas:  "Muchos críticos y analistas creen que la Bolsa Familia es el principal programa de la inclusión de las clases dominadas en la política. Este es un grave error, especialmente para aquellos que cultivan la tradición marxista gramsciana. Entre ellos se encuentran Walquíria Domingues Leão Rêgo, el propio ministro Tarso Genro, y Jorge Luiz Werneck Vianna, siendo que este último considera a la Bolsa Familia, y al propio gobierno de Lula, como una continuación “de forma pasiva” de la larga y permanentemente inacabada Revolución Burguesa Brasilera.
 La nueva dominación (y arriesgo la hipótesis de que ella sea propia y funcional al capitalismo mundializado) invierte los términos gramscianos. 
Veamos. Parece que los dominados dominan, ya que proporcionan la “dirección moral” y están, incluso físicamente, al frente de organismos de Estado, directa o indirectamente, y de las grandes empresas estatales. Parece que ellos fueran los propios capitalistas, pues los grandes fondos estatales de pensión son el corazón del nuevo sistema financiero brasileño, y en gran medida financian la deuda pública interna. Parece que los dominados controlan la política, pues disponen de numerosas bancadas en la Cámara de Diputados y en el Senado. Parece que la economía finalmente se estabilizó, que existe una moneda fuerte, y que esta hazaña se debió a la política gubernamental, especialmente en el primer mandato de Lula. El conjunto de apariencias oculta algo para lo que aún no tenemos nombre, ni tal vez concepto..."

Como podrán deducir no solo nos preocupa que la voluble y determinante clase media de nuestros pagos insista con instalar una multitudinaria Plaza del Sí como aquella del 91 restauradora del consenso neoliberal, sí no, también como nos preguntábamos en nuestra ultima entrada sobre los limites de la actual orientación económica y teniendo en cuenta el panorama del significado de estas hegemonías inversas, no nos quedarían muchas dudas que lo que esta faltando son nuevos paradigmas políticos, muy lejos de los repetidos refritos, a los que hace rato se les quemaron todos los papeles, pavada de desafío.

Saludos Cordiales.

Carteles del #8N
Imágenes del #14N

martes, 13 de noviembre de 2012

¿Me estoy volviendo cada día más trosko?


"Estos vaivenes han creado una fuerte polarización entre quienes resaltan la preeminencia de un “proyecto nacional y popular” y quiénes denuncian el encubrimiento retórico de la “continuidad neoliberal”. Yo creo que ambas caracterizaciones son equivocadas. El Kirchnerismo es una variante de los gobiernos de centro-izquierda que aparecieron en Sudamérica y se ubica en un terreno semejante a Lula-Dilma.

Forma parte de un eje de mandatarios actualmente denominados progresistas y anteriormente vistos como tibios social-demócratas. Recuperan ciertos márgenes de autonomía soberana y contemporizan con los movimientos sociales, sin modificar estructuralmente las transformaciones regresivas que introdujo el neoliberalismo.

Son gobiernos distanciados de la derecha represiva, librecambista y pro-norteamericana (Piñera, Calderón o Uribe) y alejados del antiimperialismo radical (Chávez, Evo). Para caracterizar a estos gobiernos hay que mantener las categorías básicas del ordenamiento político, diferenciando izquierda, derecha y centro. De lo contrario se pierde la brújula y ya nadie sabe dónde está parado.

Al Kirchnerismo hay que evaluarlo también en función de la historia nacional y aquí resulta insoslayable la comparación con otras experiencias del justicialismo. Yo creo que hay ciertas semejanzas con el primer peronismo, no sólo en la gravitación de liderazgo presidencial. También hay paralelos en la presencia de un contexto internacional favorable, que es utilizado para financiar ciertas mejoras sociales. La principal diferencia radica en el distanciamiento del movimiento obrero, puesto que el Kirchnerismo ha buscado la división de la vieja columna vertebral del PJ. Con la transversalidad y el Cristinismo se ha intentado reemplazar al peronismo tradicional por una coalición con sectores medios. Retoman el espíritu alfonsinista de la renovación cafierista, ensayada antes del menemismo"


"Como Cristina idealiza al capitalismo jamás podrá resolver los problemas de Argentina. Este sistema no permite el círculo virtuoso de bienestar, desarrollo y equidad que imaginan en el gobierno. Y ningún funcionario promueve otras alternativas, en la perspectiva por ejemplo de avanzar hacia el socialismo del siglo XXI.

Los límites de la actual orientación neo-desarrollista están aflorando en numerosos terrenos. La tracción de la economía por el consumo en desmedro de la inversión, la sustitución de privatizaciones por regulación estatal y el favoritismo hacia grupos sectores agro-industriales (en lugar de los financistas) genera nuevas tensiones. Los grupos concentrados aceleran la inflación para mantener la rentabilidad, fugan capitales para diversificar inversiones y se agrava el desequilibrio fiscal por ausencia de reformas impositivas progresivas.

Todos los problemas estructurales persisten, comenzado por la creciente dependencia de un mono-cultivo que se extiende con deforestación y agro-tóxicos. La mega-minería destruye cultivos tradicionales sin generar empleo y el perfil extractivo se agravó por la pérdida del auto-abastecimiento petrolero. El modelo convalidó una lógica capitalista de alta rentabilidad inmediata y escaso desarrollo productivo. Para colmo se ha buscado recrear una burguesía nacional con subvenciones estatales, que generan despilfarro sin revertir la ausencia de inversión privada."

Nota completa acá.

martes, 6 de noviembre de 2012

Nada nuevo bajo el sol: "las mayorías no dan derechos" y las repetidas estrategias para deslegitimizar.

Por estos días, con la proximidad de la fecha señalada del #8N, pareciera que la mayoría de mis amistades, que  abrevan en las huestes opositoras al oficialismo gobernante, como que han entrado en una ebullición hormonal digna de puberes en época estival, multiplicidad de imágenes con fotitos trucadas, videitos, correos y demás inundan las redes sociales convocando para el jueves, que salvo a algún despistado, nadie confunde con una protesta "espontanea", como bien nos cuenta hasta el diario la Nación en  Secretos y estrategias detrás de las cacerolas una nota de la semana pasada y que denota el seguimiento y difusión que le aporta el matutino a la movida cacerolera.

Conversar  con mis amigos opositores se viene convirtiendo en una tarea difícil, según ellos porque "es inútil discutir con un kirchnerista" para lo que te chantan un cartelito ad hoc, lo realmente triste es que cada vez es mas categórico que si uno no esta de acuerdo con sus argumentaciones abiertamente antikirchneristas y no hace explicito que los integrantes del Gobierno Nacional y los demás partidarios son poseedores de todos los atributos descalificativos que a diario se propalan de manera inagotable por parte de los se dicen que no son parte del 54%, como muestra de estar libres de cierta contagiosa y perversa infección, a uno lo ponen inmediatamente, por no dar muestra de fe antiK, dentro del "populismo autoritario y patotero" como les gusta definir al oficialismo.

Y como le decíamos hace unos días a un amigo protestador en una de esas conversaciones que uno intenta mantener: "No confundan protestar con elecciones, que es la única manera como determinar de manera cierta sobre mayorías y minorías de ciudadanos que apoyan o no tal o cual propuesta de Gobierno, ya que lo demás son solo expresión de deseos."
Justamente hoy publicaba, Mendieta, este párrafo al respecto, que compartimos plenamente: "Sin embargo, y a pesar de todo lo dicho hasta aquí, resulta imprescindible alertar sobre una cuestión: no todos los manifestantes del 8N son golpistas. Es más: nos jugamos a que son una ínfima minoría. Ponele la misma minoría que se va a Miami. Pero hay, entre los ideólogos detrás del 8N una actitud claramente destituyente: se trata ya no de criticar el accionar del gobierno o de sus funcionarios, modo de protesta absolutamente democrático, sino de comenzar a erosionar y poner en cuestionamiento la legitimidad de este gobierno. Y de ahí las columnas de opinión que –repitiendo argumentos trillados en nuestra historia por sectores desestabilizadores-  trazan diferencias entre “legitimidad de origen” y “de ejercicio”. O bien, como un ex periodista dijo anoche por televisión, “las mayorías no dan derechos”. ¿Y qué si no las mayorías, en un sistema democrático, libre y respetuoso de las reglas del sistema (tal como el nuestro), podrían dar derechos?" 

No casualmente ese "ex periodista" centró, el programa televisivo insignia de la oposición, en instalar lo de la sociedad dividida por "el odio" y "el miedo", como sabemos las casualidades no existen, al menos en política, y de esto se trata, de política, salvo para algunos ¿ distraídos? que insisten en las espontaneidades y autoconvocatorias protestadoras, que ahora descontando su masividad, casi toda la dirigencia partidaria opositora tratará de capitalizar, como venimos viendo últimamente, quizás no entendiendo o  no dándose cuenta que la mayoría de los caceroleros los aborrece y los niega, siendo estas manifestaciones una demostración mas de la crisis de representación  partidaria en que nos encontramos muchísimos ciudadanos desde la crisis de hace diez años, quizás desde hace mas tiempo.

Eso sí, no podemos dejar de decirles a nuestros amigos protestadores, que esto de querer hacernos creer que reclamar sobre algunas consignas  como la defensa de la  República, el respeto de la Constitución o la división de Poderes, que precisamente a nuestro entender es lo que buscan deslegitimizar cuando pretenden desconocer su pleno funcionamiento, no tiene nada de novedoso y original, ya largamente demostrado hace años cuando reflexionábamos sobre la "reacción espontánea" en la movida del campo y la estrategia Optor en Elisa Carrió,  sí algo nos quedo claro a nosotros, es que los amigos opositores no son muy afectos a la lectura y menos a los humildes reflexiones que supimos escribir allá por el 2009 sobre "La nueva-vieja hegemonía política, el Soy Power y el error de no hacer para-Kirchnerismo", después de todo nos podemos jactar, que de cierta manera, la realidad, no estuvo tan tejos de nuestra lectura.

Para terminar, de una buena vez, recordar también en este reiterativo intento de entender, unas "Breves reflexiones repetidas que me provoca el Facebook" dedicado especialmente a todos y todas mis amig@s que insisten en creer que eso que viene asomando es algo auspicioso, sin embargo este escéptico caminador no logra ver nada nuevo bajo el sol.

Saludos Cordiales.