martes, 29 de mayo de 2012

La genética gorila ahora tendría bases científicas y un OGM para el hecho maldito del país burgues.

El año pasado como manera de aguijonear la reflexión  de mis viejos amigos de militancia partidaria, en un post que disparó una de esas cenas con debate político que solemos tener, les decía: "que Hermes Binner era una opción posible para los votantes no peronistas y a la conclusión que llegue, a disgusto de mis amigos, fue que  por más racionalizaciones que busquemos como respuesta, en definitiva la genética gorila es muy fuerte.". Daba por supuesto que al utilizar la palabra genética, lo hacia en sentido figurado, intentando sintetizar la forma de calificar el porque del comportamiento, en la decisión ultima cuando se introduce el voto en la urna, agotadas todas las posibles argumentaciones políticas para no votar un candidato peronista, en ese caso que nos ocupaba: CFK.

 Esto viene a cuento, para hacerla bien breve, producto de leer un artículo publicado el domingo en el diario La Nación "La ideología, presente en el código genético"  que no solo me hizo acordar de aquel viejo post que dedicara a mis amigos, sino  también que encontré un justificativo a los aplazos reiterados que me supieron poner en mi paso por la Facultad en la cátedra de Genética pero definitivamente lo que sin duda creo haber entendido son los motivos, en el inamovible apoyo, que sostiene desde siempre la linea editorial del tradicional matutino porteño con respecto a los organismos genéticamente modificados-OGM-.  Me quedo claro, lo ultimo que se pierde es la esperanza en como tratar a los sujetos del hecho maldito del país burgues.

Saludos Cordiales.

jueves, 24 de mayo de 2012

¿Refundar la Coordinadora?, La guerra del cerdo y un guiño para La Cámpora.



Es posible ¿Refundar la Coordinadora? se pregunta Luis Changui Cáceres en su muro de feisbuc en respuesta a todos sus amigos que tienen la misma inquietud.
 Le dejamos un comentario con nuestra vieja reflexión que dimos en titular: Cuando la Rosa se tiño de azul, la nostalgia ochentosa y el oxímoron que significaría el final de ciclo del radicalismo. como humilde aporte al inconcluso debate.
Pero lo que me disparó esta reflexión, que estoy en estos momentos tratando de esbozar, fue un párrafo de Cáceres que dice así "...cuando por imperio de las circunstancias los que habíamos generado inicialmente coordinadora estábamos en el congreso de la Nación o en el Ejecutivo o en un ente autárquico y los "edificios" que supimos construir, en la mayoría de los casos, quedaron a cargo de los que recién llegaban y seguían llegando. Los muchachos, sin la formación política de los veteranos presumiendo que los que se fueron a Bs.As algún día volverían, se encargaron de cambiar las cerraduras, modificar la historia y dificultarte cualquier tipo de reinserción que permitiera hacer aportes positivos en el partido. Son los que hoy están, hijos, nietos y bisnietos de los primeros coordinadores, que niegan su procedencia y si te pueden atropellar con un camión lo hacen."

Me acorde de La Guerra del Cerdo  y una reciente conversación que tuve con un amigo sesentoso, militante peronista, que vivió en carne propia los aconteceres de mediados de los setenta, en la que caracterizábamos los comportamientos de los jóvenes con respecto a  esa  costumbre "de tirar viejos por la ventana", que de alguna manera pareciera que cíclicamente se vuelve a repetir.
Sobre los resultados  de esas repeticiones, suponemos que ni un futurólogo podría asegurarnos algo a ciencia cierta.

Y ya que estamos en este tren de defender viejos y como no hay viejos que no den concejos que no van a ser escuchados, les recomendamos a los impetuosos jóvenes de estas épocas, una lectura a la nota "Juventudes comparadas" de José Natanson, haciéndonos eco de sus palabras finales:  "...todavía deben demostrar qué es lo nuevo, lo verdaderamente original que tienen para decir. "


Saludos Cordiales.

jueves, 10 de mayo de 2012

¿Pero no estaba muerto y enterrado el 15-M?


#12M15M
Pero sobre todo no será fácil contener la rabia de la gente porque los meses pasan, la situación empeora por momentos y los gobiernos siguen indiferentes a la protesta aplicando arrogantemente las recetas de la austeridad y haciendo pagar a las personas la crisis que, en la visión de los indignados, fue cosa de financieros y políticos, cubriéndose luego los unos a los otros. La vía institucional de debate ciudadano está cerrada. El rodillo parlamentario se aplica automáticamente. El PSOE, tras haber iniciado el desaguisado, sigue en encefalograma plano. Los sindicatos ladran pero no muerden, o quizá ya no tienen dientes. Los medios están mediatizados y buscando comprador. Y ministerios y autonomías se dedican con fruición al recorte creativo a ver qué más sacrificios humanos pueden ofrecer al dios de los mercados que sigue sin confiar en la deuda española, tanto pública como privada. Como no queda otra alternativa, miles saldrán a la calle el 12 de mayo. Y como siguen buscando nuevas formas de democracia se proponen deliberar, de nuevo, en las plazas públicas tres días. Ahí es donde las autoridades de turno los esperan. Prohibido ocupar cualquier espacio público. La alternativa entonces está entre irse a casa tras el desahogo y todo sigue igual o afirmar el derecho de reunión y debate y que se produzcan enfrentamientos violentos que permitan criminalizar al movimiento.

Si hubiera talante democrático en la clase política podrían dejar que los ciudadanos se encuentren en sus ágoras tres días, deliberen y propongan. Y tratar de reconectar la sociedad con las instituciones. Pero partidos y gobiernos son visceralmente opuestos a un movimiento que les niega su legitimidad. O bien entran en los cauces preestablecidos, precisamente aquellos denunciados por el movimiento como reglas tramposas, o se condena la protesta a la marginalidad seguida de represión. Tendrán que ser creativos los indignados para salir de ese dilema. Tendrán que imaginar formas de desobediencia civil protegidas por la ley. Tendrán que mostrar flexibilidad en sus tiempos y espacios de deliberación asamblearia. Tendrán que construir sus canales de comunicación directa con la ciudadanía. Recordando que cada día que nos vamos hundiendo en la crisis se van cargando de razón.
Nota completa aquí


Cuando la crisis del 2001, mis viejos nunca entendieron porque fui el único de mis hermanos que no saco la ciudadanía española, debo  aclarar que yo tampoco, mas allá de pensar siempre que para estar mal no hay como la casa de uno, je. 
Siempre digo que nunca me arrepiento de las cosas que hice sino de las que no hice. Bueno, hoy puedo decir  que de esa que no hice no me tengo que arrepentir.  


Saludos Cordiales.