Me dejo pensando varios días el mensaje de Triplece y su trifecta: “no existe, es un loquito no se le entiende.”
Es realmente una perfecta síntesis de los tan reiterados calificativos que se le cuelgan a todos aquellos que entendemos a la política como una forma de expresar y confrontar ideas, lamentablemente estos 25 años de democracia, en lugar de mejorar los instrumentos de participación y representación que deberían ser los partidos estos entraron en una crisis precisamente por esos autocalificados como dirigentes que lo único que saben hacer “es cerrar ventanas” y fomentar la obsecuencia prebendataria en una espiral que vació de todo contenido cualquier espacio partidarioo cualquier otro, y no vayamos a creer que esto es algo argentino, acá como siempre copiamos mal y tarde todo lo que no hay que hacer. Tampoco creamos que ese “pensamiento binario” es tonto, es sumamente vivo a la porteña y como todo parásito que sabe inteligentemente aferrarse a sus “privilegios” no importándole mas allá de su egoísta individualidad. Siempre esta haciéndole el juego a los verdaderos dueños de la pelota cumpliendo bien su teatral rol de entretenernos con discursos varios, zanahorias diversas y mascaras de colores, siempre dispuestos a poner la cara de gerenciadores representativos de las migajas que el Tío Rico de turno les pone en el bolsillo por los servicios prestados, contentos por la palmadita aprobatoria en la espalda que los ratifica como dirigentes.
No estoy hablando de corrupción estoy hablando que pese a que se quiera reducir la política a una cuestión de buena gestión administrativa o de ser honesto o ser republicano el problema de fondo en la crisis de representatividad es que a pesar de que siempre estamos empezando una nueva etapa fundacional, lo cierto es que los viejos problemas de la humanidad siguen sin resolverse: unos pocos que no se conforman con mucho y muchos que se tienen que conformar con poco. Y son muchos los dirigentes políticos que solo surfean hacia donde las olas los llevan y muy pocos que pongan el cuerpo, trabajen y hagan política remando contra la corriente.
Pero como sabemos “que no existo, soy un loquito y no se me entiende “ y además no “aprendí nada de política” por eso sigo repitiendo que el único pez que nada a favor de la corriente es el pez muerto. Saludos Cordiales. FFB.
PD: Muchas gracias a Triplece por el aliento y por la compañía. En la cancha siempre fui pata dura pero persevero en intentar construir paredes.
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