Hace unos años atrás por escribir algunas reflexiones sobre las actitudes de las autoridades de estos lares y los comportamientos de los que las elegimos, recibía unos papelitos de autor anónimo que prolijamente enrollados dejaban en la reja de la vidriera del negocio que tenemos con mi mujer, entre insultos y el repetido latiguillo que uno hablaba( o escribía) sin saber, porque "no era de acá" como si haber nacido en determinado paraje, pueblo, barrio o ciudad daría cierta legitimidad y seriedad a las cosas que uno piensa, dice o hace, lo cierto que pese a lo mucho que rebatamos estos argumentos xenófobicos, la insensatez o la intolerancia son enfermedades que no se curan así nomas y menos aun cuando son fomentadas o apañadas por quienes deberían hacer docencia y culto de la democracia y la pluralidad, entiendo que los que tienen responsabilidades publicas sean estas de gobierno o en algún caso de comunicar por un medio sea este escrito, radial, televisivo o por internet, deberían como mínimo intentar moderar su intolerancia, sabemos que no es el caso de la máxima autoridad de estos pagos tan afecto a lo dichos del decálogo democrático de estos 25 años que supimos conseguir pero a la hora de las "efectividades conducentes" es mas proclive a la amenaza de trompear, en la creencia que puede intimidar a alguien, que en la tarea docente de intentar consensuar con algún argumento o idea mas o menos serio, no menor es la responsabilidad del periódico semanal que recurrentemente actúa como interprete de los pensamientos, pesadillas o pretensiones del lord mayor, sabemos de esta añosa costumbre, ¿deberíamos calificarla? ¿quien es uno para decir algo?, solo un pretencioso caminante en busca de entender cual es su lugar en el mundo, porque en definitiva somos todos inquilinos temporarios de este mundo, por mas que uno venga de acá o allá o de mas allá y el aire o el agua pueda parecernos mejor o peor, el mundo es uno y como decía siempre un amigo "el mundo es una pelota y nosotros somos unos pelotudos".Y muy pelotudos deberemos ser para que desde que me acuerdo que ando por acá y de pelotudo que es uno nomas, que sigo leyendo barbaridades como la publicada en la primera plana del semanario del sábado pasado, recuadrado y resaltado "quieren echar a a Jueza de Faltas". Así bien brutal, como es costumbre editorializar, como si dar versiones o supuestos sobre una persona daría lo mismo que comerse un helado.
Charlábamos entre amigos el otro día sobre que cualquiera puede decir cualquier cosa total a nadie le importan la barbaridades que se digan, nadie reacciona, nadie se inmuta estamos con anomia de tanto bochinche que no nos permite reflexionar y para peor ni reaccionar.
Sepan los exageradores servidores públicos y no tan públicos que de tanto exagerar se les nota la hilacha desde hace rato, "información" no se conjuga con "operación" a menos que se trate de desinformación, confusión, propagación o propaganda, ni acá ni mas allá, y aunque uno no es de acá, entiende bien con que cartas juegan los de por acá.
Vaya mi mas sincera solidaridad con todos los maltratados injustamente, indebidamente e irresponsablemente, en todos estos años, por quienes se creen con alguna autoridad que los hace impunes para cualquier barrabasada.
Pero en definitiva que podemos esperar de los comportamientos de por acá si por allá con la captura del Kitu, el adolescente supuesto asesino, que estaba prófugo y fue detenido por la dueña de un automóvil, que quería robar, el montaje mediático que se armo fue de lo mas exagerado, su peligrosidad fue igualada con la del asesino serial Robledo Puch, cualquier cosa con tal de generar un clima de aceptación social de la peligrosidad de los jóvenes marginales.
Y vamos por más. ¿Todo es posible en la Dimensión de los conocidos de siempre?
Saludos Cordiales.
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