viernes, 17 de agosto de 2012

Don JOSÉ DE SAN MARTÍN


INTRODUCCIÓN
La aguja en el pajar

Se estableció en Mendoza, formó allí un ejército, cruzó con sus hombres la cordillera de los Andes, derrotó a los realistas en Chile, armó una flota, continuó por mar al Perú, desembarcó con su ejército, entró en Lima y se adueñó del corazón del imperio español en América.
Un militar criollo, José Francisco de San Martín, llevó a cabo esa formidable campaña entre 1814 y 1821.
Un militar  escocés, Thomas Maitland, había concebido el plan en Londres, a principios de 1800.

El plan fue recibido y considerado seriamente por el gobierno de William Pitt El Joven. Maitland elevó un texto preliminar al Secretario de Guerra, Henry Dundas (más tarde primer Vizconde Melville), quien lo citó para discutir detalles. De la entrevista Dundas-Maitland surgió el plan definitivo, que fue puesto en posesión del Secretario de Guerra a mediados de 1800.
El gobierno de Pitt cayó el 3 de febrero de 1801. El Plan Maitland pareció quedar, entonces, en el olvido. Los originales permanecerían ocultos durante 181 años.
En 1981, mientras realizaba una investigación en archivos escoceses, tuve ocasión de encontrarlos.
No había, hasta entonces, ni un rumor sobre el Plan Maitland, ni referencia alguna a su autor, en toda la bibliografía sobre la independencia de Hispanoamérica.
El propósito de mi investigación era hallar datos sobre James Duff, cuarto Conde de Fife, y otros posibles contactos de San Martín en Escocia.

Muchos oficiales escoceses estuvieron envueltos, durante el siglo 19, en planes para desapoderar a España de sus colonias del Nuevo Mundo o, sencillamente, ayudar a los hispanoamericanos a independizarse.
La Compañía de las Indias Orientales (East India Company), encabezada por el mismo Dundas, tenía su propio ejército y estaba preparada para cumplir un papel protagónico en cualquier intento británico de realizar operaciones militares en Hispanoamérica.

Descubrí el Plan Maitland mientras revisaba cartas y documentos de oficiales escoceses de principios del siglo 19. Mi pretensión era encontrar, en aquel pajar, alguna aguja. Recorría los manuscritos en busca de referencias a Sudamérica, en particular al Río de la Plata y, quizás, a San Martín.
Uno de los archivos en los cuales trabajé es la colección Steel-Maitland: papeles privados que se encuentran bajo la custodia del Archivo General de Escocia (Scottish Record Office).
Eran varios los oficiales de la familia Maitland para tener en cuenta. Sir Thomas (1759-1824) era, a primera vista, uno de los menos relevantes para mi investigación. Entre 1806 y 1811, había estado en Ceilán, sin participación alguna en el acontecimiento que puso a San Martín en relación con Gran Bretaña: la
guerra de la Península.
Un día hallé, en el inventario de los papeles de Maitland, algo que me conmovió. Era una referencia a 47 hojas manuscritas, sin fecha, que un funcionario del Archivo General de Escocia había registrado bajo el siguiente título: “Plan para capturar Buenos Aires y Chile y luego ‘emancipar’ Perú y México”.
La mención de México –descubrí más tarde– era un error: el objetivo del plan era la emancipación de Perú y Quito (el actual Ecuador). Al exponer su plan, Maitland escribió dos veces “México” en lugar de Quito, pero luego advirtió el error: en ambos casos tachó “México” y escribió, abajo, “Quito”. Sinembargo, omitió corregir el mismo error al final del plan, cuando lo sintetizó diciendo que el objetivo sería “indudablemente
la emancipación de Perú y México”.

Esto confundió al funcionario del archivo escocés. El Plan Maitland no se refiere en absoluto a México. No tiene sentido suponer que Maitland, quien concibió  un largo y muy detallado plan para atacar Perú desde Chile, haya tratado una expedición aún más ambiciosa –de Perú a México– como una mera extensión que no requería planeamiento adicional.
Según lo indican sus propias correcciones al texto, Maitland estaba pensando en Quito (Ecuador), no en México. Por lo tanto, el título de su plan debería ser: “Plan para capturar Buenos Aires y Chile y luego‘emancipar’ Perú y Quito”.
El reino de Quito pertenecía, desde 1717, al Virreinato de Nueva Granada; pero seguía, como antes de esa fecha, sujeto a Lima en lo judicial y lo eclesiástico. También, de hecho, en lo militar.
Quito era una plaza importante para el Perú –centro de la dominación española– porque en ese reino estaba el único astillero y el único arsenal de España en el Pacífico.

Ése era el último objetivo del Plan Maitland, y ése sería también el último objetivo que (sin éxito) procuraría alcanzar San Martín.
El funcionario del Archivo General de Escocia había calculado la fecha probable del plan: según él, “entre 1800 y 1803”. No había hallado, en cambio, nada que permitiera saber a quién estaba dirigido el documento de Maitland.
Las 47 hojas tenían muchas correcciones, hechas por el autor.
Todo indicaba que se trataba de los borradores de dos cartas, conservados como copias. ¿Quién había sido el destinatario de esas cartas que, en conjunto, formaban el Plan Maitland? La reconstrucción de la historia me llevó más de un año. La clave estaba en los archivos del castillo Melville, una colección que contiene muchos de los documentos de Dundas.

El resultado de esta investigación muestra que, al despuntar el siglo 19, mientras el poder colonial de España aún estaba intacto, Maitland previó que el dominio español en Sudamérica sólo llegaría a su fin cuando Perú fuera independiente. Su profecía comenzó a cumplirse 21 años más tarde, cuando San Martín entró en Lima, proclamó la independencia de Perú y se convirtió en su primer gobernante.
Los españoles retuvieron el control de Quito por un tiempo, pero quedaron virtualmente sitiados. El 22 de mayo de 1822, Antonio José de Sucre los derrotó en Pichincha, en las afueras de Quito, con un ejército reforzado por elementos que le enviara San Martín desde Perú.
En cuanto al propio Perú, el presidente José Bernardo de Tagle y Portocarrero, Marqués de Torre Tagle, se unió en 1824 a una contrarrevolución realista, dando lugar a que una fuerza española descendiera de las tierras altas y recuperase Lima en febrero. Esto fue cuando el Libertador ya había dejado el Perú.
Los realistas, de todos modos, no restablecieron un poder efectivo: usaron la capital como el cuartel general de su ejército. Finalmente, Simón Bolívar los derrotó en Junín y Sucre en Ayacucho. Los españoles capitularon en diciembre.

En este libro muestro, primero, la extraordinaria similitud entre el plan concebido por Maitland y la campaña llevada a cabo, años después, por San Martín. Luego reconstruyo la historia del Plan Maitland y examino las razones por las cuales es probable que San Martín lo haya conocido. Con ese propósito, analizo
todos los vínculos de San Martín con oficiales británicos en España, su estancia en Londres –antes de venir al Río de la Plata a iniciar su gesta– y sus lazos con británicos en Sudamérica, así como sus relaciones masónicas.
El libro incluye la reproducción del Plan Maitland, en su versión original y en la definitiva.
Después de dos siglos, por primera vez se publica este premonitorio trabajo, obra de aquel estratega escocés que –con fines distintos– concibió aquella hazaña que San Martín hizo realidad.

MAITLAND & SAN MARTÍN  Rodolfo H. Terragno Acá completo.


Interesante trabajo de investigación histórica, muy recomendable para leer en fin de semana largo. 

Saludos Cordiales. 


1 comentario:

Hector Barth dijo...


Lo de Maitland no tiene ningún rigor histórico: Solo se muestra un manuscrito sin fecha, que pudo haberse escrito cuando ya la epopeya Sanmartiniana hubiera estado en un curso avanzado. No tiene destinatario, ni firma que permita atribuírsele y cuando San Martín estaba regresando a su patria,Maitland seguía en Ceilán, donde estuvo entre 1806 y 1811. Ignoro la intencionalidad de este trabajo, que nadie conoció hasta fines del siglo XX, pero creo que apunta a desvirtuar los principios que llevaron a San Martín a encarar su inmensa empresa