Reflexiones que nadie me pidió para mis antiguos correligionarios.

Hace varios días atrás un ex intendente radical del conurbano me hacia llegar un correo electrónico invitándome a participar nuevamente en las lides partidarias, le respondí agradeciendo la invitación y la consideración hacia mi persona, pero le aclare que estoy alejado del partido radical, que no comparto sus actuales planteos y posicionamientos ideológicos,que me considero independiente en términos partidarios y que solamente estoy dispuesto a acompañar algunos planteos localistas o "vecinalistas".
Estoy convencido que la reconstrucción del sistema de representación se debe hacer de abajo hacia arriba, de lo local a lo nacional, ya varias veces reflexionamos sobre este tema en el blog.

Pero aquella invitación con diez años de intervalo me disparo alguna reflexión para compartir con mis amigos radicales, que nuevamente se preparan para un posible retorno a las tareas administrativas del sector publico, me recordó un viejo reportaje al actual presidente del Comité Nacional de la UCR en donde ubicaba al radicalismo "ideológicamente, en el mismo lugar donde estuvo parado siempre, más allá de algunas defecciones temporales, en la centroizquierda, en la socialdemocracia: en el progresismo republicano",que es algo que repiten como un slogan la mayoria de los "orgánicos" del partido radical.

En definitiva mi recomendación de lectura a modo de reflexión es un articulo que se titula Socialdemocracia, fin de ciclo. Que comienza diciendo: "Las ideas también mueren. El cementerio de los partidos políticos rebosa de tumbas en donde yacen los restos de organizaciones que otrora desataron pasiones, movieron a multitudes y hoy son pasto del olvido. ¿Quién se acuerda en Europa, por ejemplo, del Radicalismo? Una de las fuerzas políticas (de centro-izquierda) más importantes de la segunda mitad del siglo XIX, que los vientos de la historia se llevaron..."

Pero sin duda el párrafo mas destacable es aquel donde describe que : "Repudiar sus propios fundamentos se ha vuelto habitual. Hace tiempo que la socialdemocracia europea decidió alentar las privatizaciones, estimular la reducción de los presupuestos del Estado a costa de los ciudadanos, tolerar las desigualdades, promover la prolongación de la edad de jubilación, practicar el desmantelamiento del sector público, a la vez que espoleaba las concentraciones y las fusiones de mega-empresas y que mimaba a los bancos. Lleva años aceptando, sin gran remordimiento, convertirse al social-liberalismo. Ha dejado de considerar como prioritarios algunos de los objetivos que formaban parte de su ADN ideológico. Por ejemplo: el pleno empleo, la defensa de las ventajas sociales adquiridas, el desarrollo de los servicios públicos o la erradicación de la miseria."

Para leer la nota completa solo basta con cliquear sobre el titulo mas arriba escrito, esperando que este humilde aporte a la reflexión que nadie me pidió sea de utilidad para mis antiguos correligionarios, y quizás nos ayude a todos a no tropezar dos veces con las misma piedra.

Saludos Cordiales.