sábado, 17 de mayo de 2008

¿Nadie fue pero ahora Todos somos?














Paso otra semana, con cartas abiertas de intelectuales, actos de protestas rurales, tractores por las rutas, presiones a intendentes y gobernadores para que digan de que lado están, citaciones judiciales a dirigentes gremialempresarios que cortaron rutas, acto de asunción de nuevas autoridades del PJ, discursos diversos, reuniones varias, lo cierto que las entidades agropecuarias decidieron seguir protestando y convocaron a un acto el 25 de mayo en Rosario.
La puja totalmente polarizada y sin animo de llegar a un final, mientras tanto, "pareciera" que la protesta sectorial por la aplicación de retenciones móviles a la soja tiene tal dimensión que amenaza con perturbar toda la economía nacional, el poder mediático actúa como amplificador.
Es hora que los demás sectores de la economía, los habitantes y todos aquellos que creemos que la racionalidad debe primar sobre las emociones y el bienestar general sobre los intereses sectoriales, empecemos a manifestarnos por la solución de este conflicto. Pareciera que sus protagonistas fogonearan para que no termine.
Muchos en estas épocas de globalizacion postmoderna se creyeron eso de que "si no estas en la televisión no existís", la virtualidad pareciera realidad, ¿sera así?
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Acá protestamos por retenciones a las exportaciones en otros lados protestan porque aumentan los alimentos, y que casualidad, gracias a que políticas tenemos estos problemas, por las dudas no lo decimos nosotros:

ALIMENTACIÓN: Crisis, otro síntoma de la liberalización

Por Aileen Kwa





GINEBRA, may (IPS) - El encarecimiento de los alimentos desató disturbios en muchos países del Sur, de Indonesia a Camerún, de India a Costa de Marfil, de Bangladesh a Haití. Pero no debería sorprender a nadie.

Se trata sólo de la más reciente en una serie de consecuencias de la apertura de las fronteras practicada por muchos países en desarrollo, así como de la postergación de los agricultores nacionales.

Esos países implementaron, como parte de acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, medidas de ajuste estructural que terminaron perjudicando al sector agrícola y socavaron su capacidad de producir alimento.

En tiempos de mayor control estatal, en los años 70 y comienzos de los 80, buena parte de los mercados alimentarios nacionales del Sur estaban en manos de juntas de comercialización estatales y de cooperativas.

Las juntas garantizaban precios mínimos, suministraban semillas y fertilizantes, controlaban el volumen importado, redistribuían alimentos cuando se reducía la producción y compraban materias primas a las cooperativas.

Estos organismos no siempre eran dirigidos de la mejor manera. Hubo muchos casos de corrupción e ineficiencia, pero cumplían, de todos modos, con ciertas funciones críticas.

Los agricultores contaban, gracias a esos mecanismos, con mercados para vender sus productos y asegurar su sustento. Los precios eran estables aun cuando eran más bajos de lo que habrían querido los productores.

Esas políticas permitían a muchos países en desarrollo exportar alimentos o, al menos, alcanzar la autosuficiencia.

Todo eso cambió en los últimos 20 años. El apoyo estatal a los agricultores cayó. A los pequeños campesinos se les aconsejó dedicarse al mercado internacional, mientras los mercados nacionales se abrían a la producción extranjera.

Más que apoyar los alimentos tradicionales y básicos de cada país, los gobiernos respaldaban a los exportadores. Se suponía que las "ventajas comparativas" de los productos elegidos para vender al exterior enriquecerían a ese sector y que los beneficios se diseminarían luego a toda la población.

Pero más que originar riqueza, la apertura expulsó a millones de los campesinos más pobres del mercado de sus propios países. Las importaciones sustituyeron lo que antes se producía a nivel nacional. En estos 20 años, las cosechas se redujeron severamente.

Lo sucedido en Filipinas es un ejemplo cabal del resultado de estas políticas.

"En los años 60 y 70, éramos autosuficientes", dijo a IPS Jowen Berber, del no gubernamental Centro Saka. "En esos tiempos, el gobierno invertía mucho en arroz, tanto en irrigación, infraestructura y en apoyo al marketing como en créditos e insumos para la producción."

"Pero cuando las autoridades le pusieron freno a esos incentivos, la cosecha se redujo lentamente", agregó Berber. "El gobierno ahora interviene, pero comprando menos de uno por ciento de la producción de arroz filipino. Compra más arroz importado que nacional."

El gobierno de Camerún retiró su apoyo al sector arrocero en 1994, al implementar políticas recomendadas por el Banco Mundial y el FMI. En ese marco, entregó el mercado de fertilizantes al sector privado.

El rendimiento de los campos de los agricultores pobres se precipitó, pues el fertilizante se volvió un artículo de lujo, según indicaron los expertos David Pingpoh y Jean Senahoun en un estudio para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

La apertura comercial aumentó la vulnerabilidad de los países a las políticas dispuestas por otras fuerzas externas. Las importaciones de arroz de India se multiplicaron casi por ocho en un solo año, entre 2001 y 2002.

Como consecuencia, muchos agricultores abandonaron la actividad. La superficie cultivada con arroz se redujo 31,2 por ciento entre 1999 y 2004.

Según la FAO, Costa de Marfil también se vio inundada por las exportaciones de alimentos. En cumplimiento de sus compromisos con la Organización Mundial del Comercio (OMC), ese país redujo los aranceles agrícolas a un máximo de 15 por ciento.

Como consecuencia, las importaciones de arroz aumentaron seis por ciento en promedio al año, de 470.000 toneladas a 715.000 entre 1997 y 2004. La producción nacional cayó 40 por ciento en el mismo periodo.

Las importaciones de arroz de Nepal tuvieron enormes picos de aumento: casi se triplicaron en 1994 y se multiplicaron por ocho en 2000. En algunas zonas, el precio al consumidor cayó casi 20 por ciento. Gran cantidad de establecimientos de la frontera con India cerraron.

El actual ciclo de encarecimiento se atribuye a la caída de las existencias. La producción agrícola se canaliza hacia la producción de biocombusibles. La sequía australiana hizo lo suyo, y también el juego de los especuladores que compran a futuro.

Hubo disturbios y protestas al menos en 37 países. Pero desde el Norte vuelve a repetirse la cantinela del libre comercio como panacea.

Así lo hicieron a fines de abril, en una reunión en la ciudad suiza de Berna donde se consideró la emergencia alimentaria, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, y el director general de la OMC, Pascal Lamy.

A los agricultores difícilmente se los convenza de que más de lo mismo que destruyó su medio de subsistencia durante dos decenios les sea de ayuda.

"Proteger la alimentación se ha convertido en delito por las leyes del libre comercio. El proteccionismo, en mala palabra", dijo Henri Saragih, coordinador internacional de la red mundial La Vía Campesina. "Los países se habían vuelto adictos a las importaciones de alimentos baratos. Ahora que el precio aumenta, el hambre muestra su feo rostro." Publicado en IPSNoticias.net


Acá y en todas partes del mundo "los problemas" son las consecuencias de políticas aplicadas acatando determinadas corrientes ideológicas.

Haber si somos capaces de dejar de hablar de la cascara y vamos al centro del problema, volver en serio a las sendas de un país que incluya a todos sus habitantes y que nunca deberíamos haber abandonado, pero parece que hay muchas dudas ¿no? o ¿todos hablan de los mismo?. ¿Hace años Nadie fue?

¿Todos somos el campo? ¿Todos somos el campo nacional y popular? .

Muchas consignas en una época que los significados y significantes no son lo que eran , me voy a seguir intentando entender a Baudrillard.

Saludos Cordiales.



10 comentarios:

Niceforo dijo...

Florencio lo q esta "en armado" es el posteo (no la oposición), porque me fui de mi ciudad y no lo alcance a terminar para subirlo. Un abrazo

Mariano T. dijo...

En esos países y en ese mundo idílico, los precios de los productos del agro estaban por ENCIMA del precio internacional, ya sea directamente por el precio que pagaba el consumidor o por los subsidios en insumos(pagados indirectamente también por los consumidores).
De esa manera los países centrales que protegen y subsidian a sus agricultores se autojustifican, como si Italia se fuera a quedar sin divisas para importar alimentos como sin duda le puede pasar a Angola.

tripleCE dijo...

se va cabar se va cabar
esa costumbre de leer a bodriyar

Florencio F. Boglione dijo...

Niceforo: ya me disculpe en su blog.

Mariano T: ¿de que mundo idílico me habla? De ese en que la desocupacion era prácticamente nula y cualquier trabajador ensuciaba y llenaba de humo a los vecinos por los asaditos que se morfaban en las veredas de la gran ciudad o de la Argentina verde y competitiva donde asaditos en las obras o en la calle no hay, salvo en los cortes de ruta de los piqueteros rurales.
Explíqueme como un país excedente en alimentos como el nuestro,no puede garantizar alimentos para todos sus habitantes a precios posibles para los salarios locales.
Esta claro, que algo se hizo mal en los últimos 30 años. A pesar que multiplicamos la producción de materias primas.

Triplece:leo, leo y releo pero poco entiendo, igual persevero. Usted sabe que tengo una mirada por derecha muy limitada y por izquierda se me cansa la vista.

Mariano T. dijo...

El consumo record mundial de 70 kg/hab/año no parece darle la razón, aunque probablemente ese consumo debe ser bastante desparejo.
En cuanto al hambre y la incorrecta alimentación de muchos argentinos, no pasa por la carne, y es un tema responsabilidad de todos los que tenemos capacidad contributiva, y sobre todo de que es lo que se hace con la recaudación. Si en vez de subsidiar la luz los combustibles y el gas de la clase media y media alta se volcara a alimentos para los que necesitan, el panorama sería distinto.

Florencio F. Boglione dijo...

MarianoT: no dudo que sea desparejo, estoy de acuerdo que el sistema de subsidios a las empresas privadas es escandaloso e insostenible.
La pobreza y el hambre son una responsabilidad de todos los que "elegimos" un modelo socioeconomico, el sistema fiscal y que se hace con la recaudación son su consecuencia.

Mariano T. dijo...

No florencio, hagamoslo menos impersonal, hablo del subsidio al gas, luz, nafta y gas oil que consumimos VOS y YO.
Cada vez que lleno el tanque, recibo un plan trabajar.

Florencio F. Boglione dijo...

Mariano T: Haber si le entiendo,Ud cree que es un tema individual que "los consumidores" rechacemos individualmente "los planes trabajar" de los subsidios a la electricidad, al transporte o a los combustibles como forma de cambiar el sistema.
Yo como consumidor de clase media acomodada recibo "un plan trabajar" que pagan todos los argentinos, ahora la empresa privada que recibe los subsidios del Estado(nuevamente todos los argentinos) para "ser rentable" ¿en que sistema juega?. En cualquier momento empiezo a tramitar el subsidio para el negocio de ropa de mi mujer. ¿No le parece? Con un solo "plan trabajar" no nos alcanza. Lo digo para no ser tan impersonal y como consumidor revolucionario.Saludos Cordiales.

Mariano T. dijo...

No individualmente no podemos hacer nada. Pero tenemos que tener conciencia cuando protestamos, que como clasemedieros somos los grandes privilegiados del sistema actual de subsidios. Podemos hablar después del subsidio a las empresas, pero nadie nos podría decir hipócritas.

tripleCE dijo...

florencio usted tiene el blog y nosotros somos los giles que comentamos ¿ok?
usted está ocupado y pepe al idem. ¿ok? pongalo al pepe a patotearnos
hola don niceforo. encantado y mucho gusto. usted lee y relee y relee pero no quiere entender.
que dice florencio? más culo y menos seso. HAGA CASO.