¿De qué hablamos cuando hablamos de "gobierno abierto"? Nos referimos a la emergencia, tan inevitable como saludable, de un modelo superior y avanzado en nuestro sistema democrático de valores y convivencia, un impulso en la transparencia de los gobiernos y, a su vez, a la participación y la colaboración del ciudadano como individuo. Se trata de una nueva dimensión de la política y lo político, que va mucho más allá de la democracia representativa y de la intermediación clásica de las organizaciones sociales. Internet y la Web 2.0, con máquinas y aplicaciones que ya no son monopolio de los poderes públicos, sino que están al alcance de cualquier ciudadano, son el vehículo sobre el que se construye este nuevo escenario.
Las herramientas de la Web 2.0 permiten a ciudadanos individuales, no necesariamente integrados en organizaciones sociales tradicionales, difundir sus ideas y propuestas, y relacionarse con sus pares. La reciente emergencia de las redes sociales abiertas o selectivas (Facebook y Twitter nacieron en 2006) y de herramientas (el primer video en YouTube se subió en abril de 2005), además de ofrecer oportunidades de interacción a jóvenes y adolescentes han proyectado también a la primera línea a millones de ciudadanos que quieren y pueden modelar sus propias vidas y que se agrupan libremente en redes que no son orgánicas ni jerarquizadas, sino distribuidas.
Estamos ante una nueva frontera, no sólo tecnológica -la tecnología es un instrumento, no un fin en sí mismo-, sino también política. Si la sociedad en red actúa de manera distribuida en un mundo plano, como lo es también el ciberespacio, ello implicará, inevitablemente, el fin de las burocracias jerarquizadas.
Nota completa.
Las herramientas de la Web 2.0 permiten a ciudadanos individuales, no necesariamente integrados en organizaciones sociales tradicionales, difundir sus ideas y propuestas, y relacionarse con sus pares. La reciente emergencia de las redes sociales abiertas o selectivas (Facebook y Twitter nacieron en 2006) y de herramientas (el primer video en YouTube se subió en abril de 2005), además de ofrecer oportunidades de interacción a jóvenes y adolescentes han proyectado también a la primera línea a millones de ciudadanos que quieren y pueden modelar sus propias vidas y que se agrupan libremente en redes que no son orgánicas ni jerarquizadas, sino distribuidas.
Estamos ante una nueva frontera, no sólo tecnológica -la tecnología es un instrumento, no un fin en sí mismo-, sino también política. Si la sociedad en red actúa de manera distribuida en un mundo plano, como lo es también el ciberespacio, ello implicará, inevitablemente, el fin de las burocracias jerarquizadas.
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