Escuché o leí por ahí que hoy en día la "gente" vota caras y no partidos, de la importancia que los candidatos tengan "buena imagen ante la sociedad" y supongo que si son caras bonitas y de ojos celestes mejor todavía, eso sí, no importan mucho las ideas, proyectos o la trayectoria militante, si no tiene historia mejor y con plata para gastar mejor aun.
Días pasados en una charla, un joven que quiere iniciarse en la política partidaria criticaba las pretenciones de candidatearse para concejal, de una militante peronista con una trayectoria de años, supuestamente los motivos serían la mala imagen ante la "gente" de esta ciudad, y lo bueno que era el método para elegir las candidaturas por encuestas de imagen.
No es una cuestión de un partido político en particular, ayer como mirandista autentico que soy ante una invitación que me hiciera en la semana un viejo amigo y militante de mi barrio natal, pude presenciar el desarrollo de las elecciones internas del radicalismo en Quilmes, competían dos listas de precandidatos en concejales y diputados provinciales ya que en diputados nacionales hubo lista unica.
Hacia como diez años que no hacia ese ejercicio, lamentablemente mucho no había cambiado desde aquel entonces, siguen ganando el mismo grupete responsable de la desastrosa gestión municipal de la Alianza, tanto que desde aquel entonces ni un concejal representa al radicalismo en el distrito, si bien el resultado fue ajustado, ganaron por pocos votos parece que la mañas y la billetera en el momento y lugar adecuado siguen siendo el factor que hace posible que el ordenamiento de los candidatos siga favoreciendo a los "autenticos decadentes", no alcanzó la militancia de años de los muchos que vienen peleandola por cambiar el rumbo partidario local.
Si hay un prototipo del militante partidario de la generación postmalvinas seguramente ese es el que encabezaba la lista que quedo en segundo lugar.
Desde que lo conocí en el ateneo Illía allá por el 84, es un incansable defensor del partido radical, de familia peronista, pero que descubrió la política y la militancia con Raúl Alfonsín de ahí en mas nunca dejo de militar, en las buenas y en las malas del radicalismo, siempre defendiendo con convicciones y lealtad sus posicionamientos. Su eslogan de campaña era Al final del camino la honestidad tiene premio. Le comenté que no me gustaba la consigna, que me generaba la imagen que a sus 45 años parecía que pensaba mas en el retiro que en seguir batallando.
Seguramente es muy difícil militar contra la adversidad y recobrarse de todas las peleas que están perdidas de antemano pero igualmente se dan por ese fuego sagrado que impulsa la militancia por un ideal, un color partidario o lo que sea; Cuanto mejor sería la democracia si se multiplicarán los militantes, cuanto mejor serían los partidos políticos si se valorizarán a los verdaderos militantes, Jorge Cobos desde que lo conozco vive en la misma casa de Bernal, honestidad le sobra, perseverancia, constancia y consecuencia con sus ideas son los pilares que le permiten no doblegarse a pesar de los sinsabores de la política partidaria, no tengo dudas que si los radicales de Quilmes quisieran elegir en serio un digno representante partidario, no necesitarían de una eleccion interna para por unos pocos votos dejarlo fuera del primer lugar que merece por trayectoria y conducta partidaria.
Por esta simple razón y por otras que no vienen al caso es que me ánimo a decir que no aprendemos de la historia, pero por suerte hay algunos que a pesar que muchos desistimos de seguir dando esa pelea militante partidaria siguen insistiendo, espero que tengan su justo reconocimiento mucho antes del final del camino.
En esta sociedad de surfeadores, en la que por desidia esperamos que la ola nos favorezca, todavia no entendimos que se hace camino al andar, que la imagen no es todo y que el único pez que nada a favor de la corriente es el pez muerto.
Saludos Cordiales.
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